Varios factores explican el incremento en las tarifas del servicio, como la indexación de la inflación o las pérdidas de electricidad.
La inflación ha mostrado sus efectos en variados ítems de la canasta familiar. Varios conceptos han sido responsables de una parte importante de este comportamiento, por ejemplo, alimentos. Sin embargo, la inflación de energéticos ha subido 10,54% en este año y 15,5% en su dato anual.
Uno de los factores que ha jugado más en esta alza en precios es el precio de la energía que ha tenido un importante aumento durante este año.
De acuerdo con datos de la Superintendencia de Servicios Públicos, con corte a julio, todas las empresas han tenido importantes incrementos en su tarifa. Hay varios motivos que están impulsando esta dinámica, uno de ellos, el hecho de que por 16 meses la tarifa por kilovatio haya estado congelada.
En promedio, ocho empresas han tenido alzas de 25% en su tarifa entre agosto de 2021 y julio de 2022. Esto se debe a que hace un año, el kilovatio estaba en $624,6 y ahora, para estas mismas compañías, el promedio sea de $786,4 (para estrato 4 que paga la tarifa plena sin subsidio ni sobretasa).
De estas, Compañía Energética de Occidente, Air-e y Emcali son las que con corte al séptimo mes del año tenían el precio más alto, por encima de $800 cada kilovatio (KW), cada una.
Camilo Sánchez, presidente de Andesco, gremio de servicios públicos, explicó que esto no es un fenómeno local, sino de un comportamiento global que responde a dos temas: el conflicto entre Ucrania y Rusia, así como la pandemia. “En el mundo el precio de la energía se ha disparado. En Colombia se piensa que es algo raro y no, es un fenómeno global”, explica.
Señala también que al haberse congelado la tarifa por cuenta de la pandemia, una vez se retomó su tarifa móvil, se empezaron a aplicar aumentos que estaban represados.
Otro de los factores que están afectando el precio de los energéticos es el indexador de Índice de Precios al Consumidor. Es decir, en la medida en que este aumente, algunos elementos asociados a la generación, transporte y distribución de la electricidad tendrán alzas. Abel Gallego, gestor de eficiencia energética en Energía de Pereira, señala que de los seis componentes del precio final de la factura, dos responden a incrementos por IPC (generación y comercialización), mientras que otros dos aumentan con el IPP. Otros de los componentes del precio final por kilovatios son las restricciones y las pérdidas de energía.
En el caso de las primeras, este es un costo relacionado con la generación de seguridad, dice Sandra Fonseca, presidente de Asoenergía. En la medida en que esa generación de respaldo se incremente, también lo hará el costo final para los consumidores.
El retraso de proyectos como Hidroituango y de líneas de transmisión (que retrasa a todos los proyectos que se conectan), aumenta este costo.
En el caso de pérdidas de energía, éste hace referencia a pérdidas técnicas o robo. De acuerdo con los niveles de cada una de las empresas, este costo puede aumentar, asegura Gallego.
Sánchez afirmó que en este momento están en conversaciones con el Ministerio de Energía para encontrar soluciones y que no genere consecuencias negativas estos incrementos. Dentro de las consecuencias de los precios altos es que sube la cartera morosa, por lo que esperan soluciones.
Daniela Morales Soler – Portafolio.co
Varios factores explican el incremento en las tarifas del servicio, como la indexación de la inflación o las pérdidas de electricidad.
La inflación ha mostrado sus efectos en variados ítems de la canasta familiar. Varios conceptos han sido responsables de una parte importante de este comportamiento, por ejemplo, alimentos. Sin embargo, la inflación de energéticos ha subido 10,54% en este año y 15,5% en su dato anual.
Uno de los factores que ha jugado más en esta alza en precios es el precio de la energía que ha tenido un importante aumento durante este año.
De acuerdo con datos de la Superintendencia de Servicios Públicos, con corte a julio, todas las empresas han tenido importantes incrementos en su tarifa. Hay varios motivos que están impulsando esta dinámica, uno de ellos, el hecho de que por 16 meses la tarifa por kilovatio haya estado congelada.
En promedio, ocho empresas han tenido alzas de 25% en su tarifa entre agosto de 2021 y julio de 2022. Esto se debe a que hace un año, el kilovatio estaba en $624,6 y ahora, para estas mismas compañías, el promedio sea de $786,4 (para estrato 4 que paga la tarifa plena sin subsidio ni sobretasa).
De estas, Compañía Energética de Occidente, Air-e y Emcali son las que con corte al séptimo mes del año tenían el precio más alto, por encima de $800 cada kilovatio (KW), cada una.
Camilo Sánchez, presidente de Andesco, gremio de servicios públicos, explicó que esto no es un fenómeno local, sino de un comportamiento global que responde a dos temas: el conflicto entre Ucrania y Rusia, así como la pandemia. “En el mundo el precio de la energía se ha disparado. En Colombia se piensa que es algo raro y no, es un fenómeno global”, explica.
Señala también que al haberse congelado la tarifa por cuenta de la pandemia, una vez se retomó su tarifa móvil, se empezaron a aplicar aumentos que estaban represados.
Otro de los factores que están afectando el precio de los energéticos es el indexador de Índice de Precios al Consumidor. Es decir, en la medida en que este aumente, algunos elementos asociados a la generación, transporte y distribución de la electricidad tendrán alzas. Abel Gallego, gestor de eficiencia energética en Energía de Pereira, señala que de los seis componentes del precio final de la factura, dos responden a incrementos por IPC (generación y comercialización), mientras que otros dos aumentan con el IPP. Otros de los componentes del precio final por kilovatios son las restricciones y las pérdidas de energía.
En el caso de las primeras, este es un costo relacionado con la generación de seguridad, dice Sandra Fonseca, presidente de Asoenergía. En la medida en que esa generación de respaldo se incremente, también lo hará el costo final para los consumidores.
El retraso de proyectos como Hidroituango y de líneas de transmisión (que retrasa a todos los proyectos que se conectan), aumenta este costo.
En el caso de pérdidas de energía, éste hace referencia a pérdidas técnicas o robo. De acuerdo con los niveles de cada una de las empresas, este costo puede aumentar, asegura Gallego.
Sánchez afirmó que en este momento están en conversaciones con el Ministerio de Energía para encontrar soluciones y que no genere consecuencias negativas estos incrementos. Dentro de las consecuencias de los precios altos es que sube la cartera morosa, por lo que esperan soluciones.
Daniela Morales Soler – Portafolio.co